21.4.10

Mi hijo no quiere ir a la escuela, ¿qué hago?


Que pasa al levantarse para asistir a la escuela

Es la hora de levantarse para desayunar y concurrir a la escuela como siempre, o es la hora del almuerzo si el niño concurre de tarde, y éste empieza a quejarse de síntomas físicos tales como: dolor de panza, dolor de cabeza, molestias en las piernas o, la queja más típica, náuseas; o tiene "¡tanto sueño! " que no logra levantarse. Los padres lo dejan en casa pensando que algo que comió le cayó mal, o que está incubando una gripe o enfermedad parecida.


Curiosamente pasadas éstas horas (hora de levantarse, desayunar o almorzar) el niño parece mejorar repentinamente, es más, juega y se muestra tan sano como siempre.

La mamá aliviada se dice: "que suerte, no estaba incubando nada, el malestar pasó" pero... al día siguiente se repite exactamente el mismo cuadro y a las mismas horas. Así puede pasar la semana entera hasta que al llegar el sábado y el domingo el niño salta de la cama con energía y sin ninguna queja física, y almuerza sin ningún tipo de problema. Seguramente a ésas alturas los papás ya advirtieron que los "síntomas" aparecen sólo en los momentos previos a concurrir al colegio.

Frente a ésta situación muchos de los padres al llegar el lunes se proponen hacer caso omiso a los supuestos malestares del hijo y obligarlo a asistir a clase. Allí aparece una negativa explícita y rotunda del niño a ir a la escuela que se acompaña de llanto, berrinches o "abrazos apretados" al adulto y una conducta inhibida fuera de lo que es habitual en ése niño. Esta es la situación que pueden estar viviendo muchos papás y niños en éste mes que ha transcurrido, desde el comienzo de las clases hasta la semana de vacaciones y que precisamente se puede ver recrudecido en el retorno a clases después de dicha obligada ausencia escolar.

A ésos papás que se están viendo reflejados en la situación que se describió anteriormente, los invito a preguntarse si en los últimos tiempos el niño se ha negado también a concurrir a cumpleaños, no ha querido quedarse en casa de los abuelos o a jugar en casa de un amiguito, de pronto de forma menos "dramática", alegando simplemente: no tener ganas. Si ése fuera el caso podemos estar frente a lo que se ha denominado tanto "Angustia de Separación" como "Ansiedad por Separación"; pero si la negativa es sólo a ir a la escuela, se trata en principio, de Ansiedad Escolar, y digo en principio, porque para hablar de lo que se denomina "Fobia Escolar" se tienen que dar algunos otros elementos que vamos a ir explicando.

¿Qué es la Angustia de Separación o Ansiedad por Separación?


Es la ansiedad o miedo intenso que experimenta un niño cada vez que se separa de sus padres o las personas que cumplan esa función, muchas veces la preocupación por parte del niño de que sus padres sufran un daño cuando no están presentes y siempre, la evitación de las situaciones que impliquen dicha separación, como por ejemplo: cumpleaños, escuela, club, casa de amigos o salidas con personas que no sean sus padres, etc.

¿Qué es la Fobia Escolar?


Es la ansiedad o miedo intenso que experimenta un niño ante la "situación escolar" y que se expresa a través de llanto, berrinches, comportamiento inhibido y/o abrazarse a los adultos con quién esté, cada vez que dicha situación se aproxime o sea anticipada por el niño. No es necesariamente reconocido como "miedo" por el niño. Se acompaña de la negativa a concurrir al recinto escolar. No tiene que existir una base "real" para el miedo, sino que debe tratarse de un miedo irracional o "sin motivo". Tiene que durar al menos seis meses para poder hablar de "Fobia" y no de Ansiedad elevada frente a la situación escolar.

Resultan bien claros los elementos claves que transforman la ansiedad elevada en Fobia. Estos son: la duración y que no existan motivos reales asociados con la escuela que provoquen miedo en el niño. Algunos de esos motivos podrían ser: hostigamiento por parte de algún compañero, mala relación con la maestra, dificultades de aprendizaje o de rendimiento, etc. Por eso siempre es muy importante averiguar si alguna de éstas cosas está sucediendo antes de tratarla como una fobia.


Si el niño relata que siente vergüenza frente a sus compañeros, miedo de que se rían de él o que se siente observado por sus pares o que teme encontrarse en una situación embarazosa, puede tratarse de una Fobia Social.

¿Qué es la Fobia Social?


En los niños éste trastorno se caracteriza por un temor acusado y persistente a las situaciones sociales que no pertenezcan al marco familiar, y con individuos de su misma edad. (y no sólo en una interacción con un adulto). La ansiedad o temor aparece en forma de llanto, berrinches, inhibición o retraimiento cada vez que está con sus pares en situaciones no familiares. Trata de evitar dichas situaciones, y deben prolongarse ésta evitación y el malestar, cuando no lo logra, durante por lo menos seis meses.

¿Cómo actuar?


Primero que nada entonces, averiguar exhaustivamente si alguna cosa está sucediendo en la escuela que haga que el niño no quiera concurrir. Si esto fuera así debemos resolver junto con el niño el tema de que se trate (habría que ver cómo, según que tema sea).


Una vez descartadas estas cosas de las que hablamos, lo que debemos hacer es no permitir que el niño siga evitando la situación que teme. Si le permitimos la evitación, porque esa actitud en el momento tranquiliza al niño y por lo tanto a los padres también, lo único que lograremos es aumentar la intensidad de la Fobia si ya lo es, o de la ansiedad hasta transformarla en Fobia, y perpetuarla en el tiempo.

Los papás se preguntarán como obligarlo a concurrir al colegio si tiene tanto miedo, o claros síntomas físicos, o grita y patalea. Ni va a ir a la escuela como si nada le sucediera ni va a dejar de ir. Va a concurrir acompañado por los padres (o por uno de ellos si esto no es posible) y va a ir haciendo una aproximación gradual a la situación que teme, o sea, a la escuela.


Es sumamente importante que los papás se preparen para este "acompañamiento" del niño recibiendo asesoramiento profesional y que padres y educadores se acerquen, siendo fundamental que éstos últimos estén en pleno conocimiento de lo que está sucediendo y que reciban también asesoramiento de cómo ayudar a la reinserción del niño a la clase. Cuando existe un Psicólogo en la escuela la tarea se facilita porque el profesional, ya inserto en la institución, hace de facilitador, asesor y mediador entre padres y maestros. Cuando no, el Psicólogo que asesore a los padres debe tener la habilidad de insertarse en la escuela y realizar ésta tarea.

En otras palabras, no existe tratamiento posible de la Fobia o de la Ansiedad Escolar sin la participación de los integrantes principales de la institución, ni existe un tratamiento exclusivamente "de consultorio" sino que hay que hacerlo también en la "situación misma" que provoca la ansiedad, o sea, en la escuela.

Aunque parezca complejo es un tratamiento relativamente rápido (dependiendo en gran medida del tiempo que haga que al niño le está sucediendo) y altamente efectivo, pero requiere de paciencia por parte de los padres y de buena disposición por parte de los educadores, para poder realizar una tarea de conjunto.
 eduquemosenlared

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¿PARA QUÉ CONTAR O LEER CUENTOS A LOS NIÑOS?


CONTAR O LEER CUENTOS
 Cuando un padre o una madre narra un cuento o le canta una canción a su hijo está realizando un acto de amor. En esos momentos le está diciendo lo importante que es para él, ya que le dedica un tiempo de calidad y, a la vez, le está regalando palabras con ritmo y con corazón. (Las palabras de los cuentos sirven para alimentar el alma de los niños y, cuando los escuchan, si les gustan, se quedan con la boca abierta para que vayan entrando por ella palabras llenas de magia que nutren su espíritu).
 Lo más gratificante para el padre, la madre o para el maestro es que, una vez que haya terminado de contar un cuento, el niño diga: “Otra vez”. Si un cuento no se merece el “otra vez”, indica que algo ha fallado en dicho cuento.
 Los cuentos abren las puertas de la imaginación, de lo mágico, pues en ellos todo resulta posible: los animales pueden hablar, aparecen palabras mágicas para abrir puertas, y los niños descubren que existe besos para despertar a la vida. También les sirven los cuentos a los niños para darse cuenta que en cada uno de nosotros “viven” numerosos personajes. Por tanto, en la medida en que conozcan y se manejen con más roles aumentará su capacidad para desenvolverse mejor en el plano social.
 Los cuentos presentan mucha información, pues hablan de geografía (montes, ríos, valles...), de historia, de matemáticas; también dicen lo que les ha ocurrido a otros para que los niños estén atentos y sepan que eso puede pasarles a ellos; o muestran que en la vida se van presentando problemas y que con habilidad, constancia y lucha se pueden ir resolviendo.
 Estará bien elegir las lecturas buscando que orienten en la solución de problemas y conflictos internos y, por consiguiente, que no creen nuevas dificultades a los niños. Por tanto, los personajes que aparezcan en los cuentos necesitan tener unos valores y mantener una coherencia, que les sirvan a los niños de referente y les ayude a construir una personalidad equilibrada. Y los padres y el profesorado estarán atentos para canalizar las preguntas y emociones (miedo, tristeza, incertidumbre...) que se despierten en los niños con la lectura.

hagamos de la lectura un habito, nuestros niños nunca lo olvidaran y siempre les daran las gracias por ello.

Pepe López

20.4.10

Problemas a la hora de acostarse


Consejos para que los niños se vayan a la cama sin protestar o montar escándalo.


Hay niños que se niegan o protestan cuando los padres les obligan a irse a la cama. Otros se acuestan sin problemas, pero cuando los padres salen de la habitación arman el gran escándalo. Y a veces, el niño insiste en realizar una serie de rituales antes de acostarse, los cuales pueden durar bastante rato. Hay para todos los gustos

¡No quiero acostarme!

Muchos niños se niegan a acostarse antes de que sus padres lo hagan. Esto para muchos padres no es un problema, incluso les satisface. Pero para la gran mayoría no es admisible, ya que es el único rato libre para relajarse o estar juntos. Generalmente funciona actuar con firmeza, pero es necesario también saber qué está ocurriendo. No es lo mismo que el niño tenga miedo, realice actividades demasiado excitantes antes de irse a dormir, haya problemas en casa, esté demasiado espabilado o sólo proteste ante uno de los padres. En cada caso habrá que actuar de forma diferente.

¡Quiero compañía!

Es desesperante cuando el niño empieza a llorar cada vez que uno de sus padres sale de la habitación. Es muy importante la forma de reaccionar del adulto. Tal vez le cueste conciliar el sueño, y aunque el niño lloriquee o se queje, cuando la madre sale generalmente el niño se calla. Pero si dejamos que el llanto nos altere y entramos de nuevo en el dormitorio de forma ruidosa y encendiendo la luz, impediremos que el niño concilie el sueño y podemos crear un problema innecesario.

Exigencias insistentes

Hay niños que reclaman tener las luces encendidas, y si aceptan apagarlas, ponen como condición dejar la puerta abierta, las cortinas descorridas o sus juguetes ordenados de una determinada forma. El niño con estas rutinas se siente más seguro y protegido, por lo no se deben impedir salvo que conlleve a una situación fuera de control. Con el paso del tiempo dejarán de hacerlo.

Cosas que ayudan

No hay un método único, porque las circunstancias cambian en cada caso, pero sí hay determinadas estrategias que pueden ayudar.


* Dejarle llorar no es el único método, sobre todo si va en contra de los instintos naturales de los padres.


* Realizar actividades sosegadas inmediatamente antes de acostarse o un buen baño le relajará.


* Establecer una rutina antes de acostarse, llevar a cabo un ritual que implique contacto afectivo, tradiciones y costumbres familiares, contribuye a que irse a la cama se convierta en algo placentero y a que sepa lo que se espera de él.


* Tener en cuenta las características de cada niño para establecer los horarios es fundamental. Si llega demasiado fatigado a la hora de acostarse estará muy irritable. Si por el contrario está poco cansado le costará conciliar el sueño. Un poco de ejercicio por la tarde contribuirá a que coja la cama con gusto.


* Dedicar tiempo de calidad al niño en algún momento del día hará menos probable que el niño requiera la presencia continua de los padres para velar su sueño


Virginia González

TERRICOLAS ¿Que es un Niño?

Niño, desde el punto de vista de su desarrollo psicobiológico, es la denominación utilizada a toda criatura humana que no ha alcanzado la pubertad. Como sinónimo de infantil o pueril, el término se aplica a quien no es considerado adulto. También el término se aplica a quien previa a la adolescencia vive su niñez.


En función de su evolución psicoafectiva, psicomotriz y cognitiva, a los recién nacidos y durante la primera etapa de su vida, se los denomina comúnmente bebés para distinguirlos de los que han alcanzado una cierta autonomía. En términos generales, o jurídicos, niño es toda persona menor de edad; niño o niña.


La Convención sobre los Derechos del Niño, en vigor desde el 2 de septiembre de 1990, señala que "se entiende por niño todo ser humano menor de dieciocho años de edad, salvo que, en virtud de la ley que le sea aplicable, haya alcanzado antes la mayoría de edad". Las edades consideradas fluctúan según el contexto, aunque el término niño suele emplearse para designar a los menores de 14 años, llamándose jóvenes o adolescentes a los que han superado dichas edades.


El "Día Universal del Niño" se celebra todos los años el 20 de noviembre, aun cuando en algunos países puede variar.


El concepto de infancia varía considerablemente a lo largo de la historia y en las diversas sociedades y culturas.

Historia de la infancia


La vida de los niños sigue ciertos patrones propios de la madurez psico-biológica, pero también se ve afectada por los modelos culturales predominantes. Este fenómeno ha dado pie a una considerable producción antropológica, historiográfica y sociológica que da cuenta de las variaciones que se observan en las diferentes culturas y en las diferentes épocas. Margareth Mead fue una de las primeras autoras en cuestionar la validez de teorías universales sobre las características de la transición entre la niñez y la adultez. Pero una mayor influencia ha ejercido el historiador francés Philippe Ariès.


Uno de los temas más polémicos que ha rodeado esta producción académica es la reconstrucción de la forma en que la sociedad se ha relacionado con los niños y los valores predominates en cada época. Para Ariès, por ejemplo, la infancia sería un "invento de la modernidad"; según esta idea, la época premoderna no habría tenido una concepción de la infancia, es decir, un conjunto de espacios diferenciados, expectativas sociales hacia los niños y un estatus específico que les otorgara una distinción frente a los adultos. Esta idea había sido esbozada por Norbert Elias en su estudio sobre el "proceso civilizador". El creciente control sobre la educación de los niños habría sido el primer paso en la construcción del concepto de infancia.


Otras interpretaciones sobre la historia de la infancia provienen de la psicohistoria, la que ha intentado explicar fenómenos como el infanticidio a lo largo de la historia.


Una demostración de las transformaciones que ha experimentado la experiencia de los niños a lo largo de la historia y de las culturas queda en evidencia si se comparan los cambios en la estructura de la familia, las formas de crianza (como el uso de nodrizas), la práctica en el uso de juguetes, la literatura infantil, el desarrollo de políticas públicas y de la doctrina de los derechos del niño. El siglo XX es el que ha mostrado mayores cambios en este aspecto, lo que fue anticipado por Ellen Key al anunciar en 1900 que esta centuria se constituiría en "el siglo de los niños".


Psicología evolutiva de la niñez


La niñez comienza a los 3 años y termina a los 12 años (a los catorce se alcanza la pre-adolescencia y a los quince se alcanza la adolescencia plena)


El desarrollo de la niñez es el estudio de los procesos y los mecanismos que acompañan el desarrollo físico y mental de un infante mientras alcanza su madurez.


Wikipedia

16.4.10

¿Quién controla la salud de los hijos?


El caso reciente del adolescente Daniel Hauser enfrentando la enfermedad de linfoma de Hodgkin en Minesota, EE.UU, trae al tapete una serie de preguntas y consideraciones de la responsabilidad y autoridad del gobierno versus la responsabilidad y autoridad de los padres, particularmente cuando los padres invocan creencias religiosas para parar el tratamiento médico. En resumen, el caso es el siguiente: Daniel Hauser, de 13 años de edad, recibió una ronda de quimioterapia en febrero de este año. Los médicos estiman que niños con la enfermedad de Hodgkin tienen un 90% de posibilidad de ser curados con un tratamiento agresivo de quimioterapia y radiación. Sin este tratamiento, el niño tiene solo un 5% de sobrevivencia, dicen los médicos.


Daniel y sus padres decidieron cortar el tratamiento después de una primera ronda de radiación, aduciendo creencias religiosas, y que en su lugar ellos irían a un método de curación natural. Con tal fin, Daniel y su madre volaron a Los Ángeles con la intención, dicen las autoridades, de cruzar a México buscando una de las muchas clínicas de curación alternativa de cáncer.


Dejemos de lado, las particularidades del caso, el tipo de creencia religiosa que esta familia tenga y la efectividad o no de estas clínicas alternativas en México. Para nuestra discusión, estos detalles no vienen al caso. La pregunta es: bíblicamente, ¿debe el ciudadano cristiano obedecer al gobierno o a su conciencia? ¿Tiene el gobierno un rol legítimo, de acuerdo a las Escrituras, de proteger a un niño de la decisión que sus padres creen es la mejor? ¿Debe una creencia religiosa someterse a la ciencia médica? Finalmente, ¿Puede el cristiano, rehusar tratamiento médico para sí mismo o particularmente para sus hijos basados en la creencia de que la oración es poderosa para sanar? Otro caso de bastante publicidad ocurrió la semana pasada, cuando la madre de una pequeña de 11 años, fue condenada por homicidio en la muerte de su hija. La madre rehusó tratamiento médico basada en su creencia de sanidad por fe y oración. De acuerdo al testimonio médico en el juicio, la niña hubiera permanecido con vida si hubiera recibido insulina y líquidos para el caso de diabetes que sufría.


No soy teólogo, ni abogado, ni médico, sino un padre de familia, abuelo de 5 nietos y creyente en el Señor Jesucristo, con la responsabilidad de tomar en serio la palabra de Dios como autoridad final en todo lo que respecta a la fe y el diario vivir. Aunque, si bien es cierto, que la Biblia no refleja los últimos adelantos científicos y médicos, pues fue escrita hace 2.000 años y más, sin embargo encontramos principios que pueden guiarnos.


La Biblia declara una autoridad, dada por Dios, para el estado, el gobierno de cada país, pero esa autoridad se limita a la protección y bienestar de las personas de esa nación y al castigo de quienes interrumpen ese bienestar, sea provocación violenta de otra nación (externa), o cometimiento de crímenes por individuos y grupos (interna) (ver Rom 13:1-7). Cada país, luego determina su forma de gobierno y leyes bajo las cuales se rige, en el caso del mundo de Pablo y la iglesia primitiva, vivían bajo el yugo del imperio romano. En nuestros días, algunos países, viven bajo un régimen autoritario, o comunista, o militar, o democrático, o variantes de cada uno de ellos. Si la Biblia trasciende todos los tiempos, para ser Palabra de Dios ayer y hoy, debe también trascender las formas de gobierno, los descubrimientos científicos, y la tecnología.


La Biblia, también declara autoridad, dada por Dios, para los padres sobre sus hijos. Los padres deben “gobernar bien su propia casa y hacer que los hijos obedezcan con el debido respeto” (1 Tim. 3:4). Deben criarlos “según la disciplina e instrucción del Señor” (Efe. 6:4). Y otros pasajes hablan del amor de los padres hacia sus hijos, y comparando con el amor y cuidado que Dios tiene para con Israel y para con sus hijos.


La Suprema Corte de EE.UU, dictaminó parámetros en un fallo dado en 1944, que continua vigente, en la cual reconoce que el derecho de los padres es fundamental, expresa en parte: “Es un punto cardinal en nuestra consideración, que el cuidado, custodio, crianza de un niño reside primero en los padres, cuya libertad y función principal incluye la preparación para estas obligaciones que el estado no puede suplir ni debe prohibir”. Pero la corte también encontró que algunos elementos del bienestar de un niño podrían llevar a las autoridades estatales a inmiscuirse en los asuntos privados de la familia. Específicamente, que “el derecho de libre práctica de la religión, no incluye la libertad de exponer a la comunidad o a los niños a enfermedades contagiosas, y en el caso de estos últimos a grave enfermedad o muerte”. Esta postura parece lógica, y el pueblo americano en su gran mayoría está de acuerdo. Sin embargo, dicen algunos, esto podría ser la puerta que el estado utiliza para luego demandar a los padres en otras áreas que el estado considere de perjuicio al bienestar de los niños. Creo entonces, importante que como ciudadanos estemos alertas a que el estado, no tome para sí más autoridad que la que la Biblia y las leyes le otorguen. Particularmente si el estado establece leyes que son contrarias a claros principios y mandatos bíblicos, como por ejemplo, el aborto, y el suicidio médicamente asistido.


La otra consideración es, ¿permite la Biblia que descuidemos o rehusemos un tratamiento médico, a cambio de ‘la oración de fe por sanidad’? Una cosa es, si una persona adulta, toma esa decisión para sí. Otra es imponer esa decisión sobre un niño que no está capacitado para tomar ese tipo de decisiones. Esto podría considerarse abuso de niños. Así como el descuido intencional de padres de proveer alimento, o de proveer educación básica, o de maltratar física o sexualmente a su hijo/a, es considerado abuso parental por el estado, de igual manera podría decirse del descuido de la salud. En ningún lugar de las Escrituras se nos prohíbe recibir tratamiento médico legal. Creo ciertamente, que Dios es quien sana. Se nos instruye a orar por los enfermos. Toda sanidad, proviene de Dios, sea otorgada milagrosamente, o por intervención médica o farmacéutica. No hay conflicto teológico entre la ciencia médica y el poder de la oración. Dios es el que escoge de que manera otorgar sanidad, incluso, si es que otorgar sanidad.


El patrón bíblico de amor, compasión y responsabilidad parental, supera todo argumento en base a una interpretación teológica. Es legalismo permitir que la teología, es decir, la interpretación teológica personal, triunfe sobre la compasión. Como dijera el gran reformador Martín Lutero – toma tu medicina y pon tu confianza en Dios. ¿Qué piensas tú?


Guillermo Powell

Chiste "Carta de una madre a su hijo"


Aqui les dejo una carta comica de una madre a hijo, espero les guste.


querido José Luis:Te pongo estas líneas para que sepas que estoy viva. Te escribo despacio porque sé que tú no puedes leer de prisa.


Bueno, no vas a reconocer la casa cuando vengas, porque nos hemos mudado. Por fin hemos enterrado a tu abuelo, encontramos su cadáver con eso de la mudanza, estaba en el armario desde aquel día en que nos ganó jugando a las escondidas.


Hoy tu hermana tuvo un hijo, pero como aún no sé si fue niño o niña, no te puedo decir si eres tío o tía.


Al que no hemos visto por acá es al tío Juan, quien se murió totalmente el año pasado.


Que te digo?.. Tu primo Numa siempre se creyó que era más veloz que los toros, ya comprobó que no. Fíjate que estoy preocupada por tu perro Bobby, ya que insiste en perseguir a los carros detenidos y cada vez está más chato. Ah! Por fin se les ocurrió a los tontos de los embotelladores de Cerveza poner un letrero en la chapa que dice ‘ábrase por aquí’.


Perdona la mala letra y las faltas de ortografía pero me cansé de escribir y ahora le estoy dictando a tu padre, y ya vez como es de vruto.


Qué crees? Tu hermano Manuel cerró el auto con seguro y dejó las llaves adentro; tuvo que ir a pie hasta la casa por el duplicado para sacarnos a todos del automóvil.


Acá hubo un movimiento mísmico con servicentro en Tiabaya. Esta carta la mando con Mile que mañana va para allá, ojalá pudieras ir por él al radiopuerto.


Bueno hijo , no te pongo la dirección porque no la sé, resulta que la última familia Gallega que vivió por acá , se ha llevado los números a su nueva casa para no tener que hacer el engorroso cambio de dirección.


Si ves a la prima Teresa dale saludos de mi parte, y si no la vez por favor no le digas nada.


Tu madre que te quiere,

PD. Te iba a mandar el dinero que me pediste pero ya cerré el sobre
Taringa

Los niños índigo

El término niños índigo es utilizado en el contexto de la llamada "Corriente de la Nueva Era" o New Age para referirse a aquellos niños que supuestamente representarían un estado superior de la evolución humana. Quienes defienden esta hipótesis señalan dicha evolución como un avance espiritual, ético y mental, sin atender a la definición que diera el científico Charles Darwin (mutación y selección por supervivencia del más apto).

Fuera de la New Age, este fenómeno es considerado un mito que carece de evidencia científica aceptable. La creencia en la existencia de niños índigo se asocia habitualmente a reacciones paternales que surgen frente a la pedagogía y psiquiatría modernas. Una de las causas observadas más frecuentemente, es el pánico moral que surge en los padres al tener que enfrentar una terapia psiquiátrica medicamentosa para sus niños. También el detonante podría derivarse del rechazo a diagnósticos de psicopatologías polémicas o de nuevo cuño, cuando éstas son adjudicadas a los hijos; especialmente de casos como la hiperactividad, el autismo y el síndrome de déficit atencional.

Según sea la corriente a que adhieran los seguidores de la New Age, así serán los atributos y la naturaleza que se describe de los niños índigo. Hay quienes sostienen que estos niños poseerían habilidades paranormales tales como la telepatía o la capacidad de leer la mente, mientras que los más moderados, afirman que lo que diferencia a un niño índigo de uno que no lo es son rasgos más convencionales, como una mayor capacidad de empatía o una creatividad incrementada. El término "índigo" referido cromáticamente, surge de la creencia de que estos niños tendrían un aura que sería del mencionado tono de azul.
 Orígenes

El término compuesto "niños índigo", se origina en el libro del año 1982 "Understanding Your Life Through Color" (Comprendiendo tu vida a través del color) de Nancy Ann Tappe, una autoproclamada psíquica y sinestésica que afirma poseer la habilidad de percibir el aura de las personas. Según sus escritos, comenzó a notar que muchos niños estaban naciendo con auras de color índigo hacia finales de la década de 1970. A principios del siglo XXI, Tappe afirma que el 97% de los niños menores de diez años y el 70% de los que tienen entre 15 y 25 son "índigo". Hasta ahora no existen estudios científicos que puedan corroborar esos dichos.


La idea de los niños índigo fue más tarde popularizada por el libro de 1998 "The Indigo Children: The New Kids Have Arrived (Los niños índigo: los nuevos chicos han llegado)", escrito por el matrimonio y equipo formado por Lee Carroll y Jan Tober. Carroll insiste en que el concepto se obtuvo a través de las conversaciones telepáticas con un extraterrestre o "energía maestra angelical" a la que él denomina Kryon.


Características


Según los seguidores del movimiento "Nueva Era", los niños índigo poseen características1 tales como una mayor intuición, espontaneidad, rechazo a una moralidad estricta y una gran imaginación, añadiéndose frecuentemente también a tales capacidades ciertos dones paranormales, o poderes sobrenaturales como la telequinesis, la clarividencia,la Piroquinesis o la capacidad de sanación.


También se afirma que estos niños poseen un fuerte sentimiento para generar una diferencia significativa en el mundo, y se encuentran naturalmente inclinados a temas relacionados con la espiritualidad, el ocultismo y el esoterismo. Sin embargo estas afirmaciones quedan en el plano de lo hipotético, debido a que no ha sido posible corroborarlo por el método científico. Aun así existen personas que poseen amplios conocimientos esotéricos y dicen haber trabajado con niños de aura azul (índigos), asegurando que sus características son reales y existen variaciones de estas entre un niño y otro.2


La posibilidad de la existencia de "niños índigo" no es hoy aceptada por la pedagogía, la psiquiatría ni la psicología, dado que no se ha podido demostrar su existencia de modo concluyente. Expertos psiquiatras afirman que la New Age, debería producir evidencia empírica acerca de lo que sería la existencia de este tipo de niños.3


El psiquiatra especialista en niños Russell Barkley, sostiene que los diecisiete rasgos más comúnmente atribuidos a los niños índigo, son tan vagos que "podrían describir a la mayoría de la gente la mayor parte del tiempo", y refiere además que podríamos estar ante un fenómeno psicológico conocido como "efecto Forer". Se ha indicado también que etiquetar a un niño revoltoso como "índigo" podría retrasar el diagnóstico y el tratamiento que pudiera ayudarlo.


Algunos pedagogos y psiquiatras han señalado que la creciente ineptitud de los sistemas educativos para tratar la agresividad de algunos niños y niñas, podría haber forzado a algunos padres de niños diagnosticados como "hiperactivos", a acudir a los proponentes de estas teorías alternativas. Los padres de estos niños recibirían la atención y escucha que les serían negadas en las instituciones educativas y sanitarias.


De este modo, pedagogos y profesionales de la mente afirman que la existencia de los niños índigo se trataría en realidad de una reacción de "rebeldía" de los padres hacia sistemas educativos autoritarios que restringen las conductas expansivas del infante, que premian la pasividad y el conformismo, y que fustigan la creatividad.


Los más escépticos opinan que esta suerte de "superioridad" atribuida a los niños índigo es nociva para el desarrollo de los infantes hiperactivos, cuya necesidad más urgente es la de aprender a convivir con los demás, así como obtener atención y apoyo parentales y de su entorno. A esta variante de las supuestas propiedades de los niños índigo, algunos llegan a asimilarle componentes segregacionistas o discriminatorios.


Wikipedia

14.4.10

Juegos para el dia del niño

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Aquí les ofrecemos unas ideas para organizar unos juegos divertidos en la fiesta de cumpleaños de tus hijos. 
Recuerda que es importante disponer de un espacio suficiente para desarrollar los juegos sin incidentes, y lo ideal es que cada niño gana un premio pequeño (no hace falta comprar juguetes caros para premiar a los ganadores. Basta con una cosa pequeña, tipo todo a cien, un globo en el que escribes el nombre del/la ganador/a o una chocolatina. Se trata de que los niños se lo pasen bien jugando, y que haya diversión y deportividad.
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¡Qué no se rompa el huevo! Se forman dos o tres equipos (según el numero de invitados), y a cada equipo se les da una cuchara sopera y un huevo. Es conveniente hervir los huevos antes, para que estén duros (sin decírselo a los niños claro, para no quitar la emoción) y disponer de más huevos que equipos para poder subsanar accidentes potenciales. Los equipos forman una fila, y el primero debe correr con el huevo encima de la cuchara hasta un punto definido y volver, sin que le caiga el huevo al suelo. Si se le cae, debe recoger el huevo y volver a empezar. Cuando vuelve al punto de partida, le entrega el huevo y la cuchara al siguiente de su equipo y así hasta que todos los miembros de su equipo han hecho hacer la ruta con la cuchara y el huevo entero. Gana el primer equipo en lograrlo. ¡Un lacasito para los miembros del equipo ganador!
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Carrera de sacos: Se le da a todos los niños una bolsa de basura. Son mejores para este juego los sacos más grandes. Cada niño se mete dentro del saco, y se colocan todos en la punta de salida. Cuando se les de la señal, todos empiezan a dar botes hasta llegar a la meta. El primero es el ganador.
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Estatuas musicales: Todos los niños empiezan a bailar cuando se toca la música. Es conveniente hacerse con una cinta o un CD de música popular. Cuando se apaga la música, todos los niños tienen que quedarse quietos, como si de estatuas se tratasen. Los niños que se mueven son eliminados. Se vuelve a tocar la música, y así hasta que se quede el niño más quieto. Este es el ganador.
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El regalo musical: Se prepara un regalito envuelto de varias capas de papel. Se puede meter una golosina entre capa y capa. Los niños deben sentarse en un circulo y se le da el regalo al cumpleañero. Se enciende la música (de nuevo, es conveniente disponer de una cinta o CD de música popular) y los niños deben pasarse el regalo de uno a otro. Cuando se apaga la música, el niños que tiene el regalo en este momento debe quitar una capa de papel. Si se ha metido una golosina, se puede quedar con esta. Luego se pone la música otra vez, y así hasta que al final, cuando se hayan quitado todas las capas de papel (cuánto más mejor), el niño que se destapa el regalo se queda con éste.
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Cruzar el río: Se dividen los niños en dos equipos. A cada equipo se les asigna un numero de varias cifras (3 0 4), el numero se escribe con un marcador en un cartón cortado en forma de piedra, para que las simule mejor. se hacen 5 o 10 iguales de cada numero y se ponen revueltos en el piso, se explica a los niños que deben usarlos como si fueran piedras en un río que deben cruzar. Si uno se confunde y pisa el numero del otro equipo, debe volver a empezar. Cada vez que un concursante logra cruzar el río, vuelve corriendo a su equipo y entrega el turno al siguiente compañero, el equipo donde todos terminen de cruzar el río es el ganador... no olvides hacer algunos números parecidos para confundir (Nota: Puedes contar el tiempo de cada equipo o los dos equipos juegan juntos)
ejemplo:

Euroresidentes 


Articulo: 9 Juegos para divertirse con los niños en casa 

Dia del niño


El día del niño es una ocasión especial en la que celebramos a los pequeños.

Pero no se trata sólo de eso. Sí bien es cierto que siempre encontramos una manera de hacerles pasar un día muy agradable y hasta consentirlos, también se busca la manera de concienciar sobre sus derechos para que se garantice su seguridad.

El Día del Niño o Día Universal del Niño es un día consagrado a la fraternidad y a la comprensión entre los niños del mundo y destinado a actividades para la promoción del bienestar y de los derechos de los niños del mundo.

En 1954, la Asamblea General de las Naciones Unidas recomendó que se instituyera en todos los países un Día Universal del Niño y sugirió a los gobiernos estatales que celebraran dicho Día en la fecha que cada uno de ellos estimara conveniente. La ONU celebra dicho día el 20 de noviembre, en conmemoración a la aprobación de la Declaración de los Derechos del Niño en 1959 y de la Convención sobre los Derechos del Niño en 1989.

Desde entonces, cada país cuenta con un día para celebrar y organizar actividades para ayudar a desarrollar el bienestar de los pequeños en todo el planeta.

En México lo celebramos el 30 de abril, pero es hasta el 20 de noviembre cuando se celebra mundialmente.
Un dia super FiLi

13.4.10

El ahorro en los niños


Aprende a inculcar una práctica muy sana: introducir a los niños en lo más básico de las finanzas personales



Es bien sabido que la mejor herencia que podemos dejar a nuestros hijos es la educación. Pues bien, uno de los aspectos más importantes en este legado es guiarlos sobre cómo manejar sus finanzas de forma saludable, para que desde una corta edad comiencen a construir su futuro financiero que se basa en dos acciones básicas: darle valor al trabajo para conseguir el dinero y saberlo ahorrar. Aunque este hábito no se enseña en las escuelas, ya algunos centros educativos comienzan a incluir pláticas o talleres sobre el tema a nivel primaria, secundaria y preparatoria.


Para ir al grano, este tipo de educación que deberá comenzar a temprana edad, se irá reforzando en las diferentes etapas de crecimiento. Para comenzar será suficiente la simple combinación de los siguientes factores que podrán practicarse como si fuera un juego, así el niño se sentirá más motivado:


Enséñale a ahorrar


Lograr esto es relativamente fácil, ya que con un simple objeto como la alcancía, se puede hacer. Digamos, "el domingo" que le dan al niño sus abuelos o sus padres, deberá guardarlo en la alcancía, todo lo que reciba de su familia. Es claro que la motivación en el niño se logrará alimentando algún deseo o sueño, por ejemplo, comprar el juguete de la tele o viajar con sus primos y hasta pagar el curso de inglés en Boston que ofrece la escuela. Una vez que la alcancía se haya llenado, llévalo al banco para que abra una cuenta infantil y haga él mismo su depósito. Lo más seguro es que esto lo hará sentirse bien consigo mismo y le encontrará "chiste" al juego, pero lo mejor es que aprenderá a ahorrar.


El valor del trabajo


A medida que crecen, aumenta en los niños el deseo por juguetes, ropa, electrónicos y artículos deportivos. En este caso es bueno enseñarles que si quieren conseguir alguna cosa tendrán que dar algo a cambio. Un ejemplo es lavar el coche de papá; lavar su ropa o limpiar su cuarto; entre otras actividades por las que le darás un reconocimiento económico. Pero el secreto es que lo guarde en su alcancía para llegar a la meta que desde esa edad tenga presente y que deberás ayudarle a establecer, incluso por escrito.


Crear un fondo


¿Qué pasaría si destinamos una pequeña cantidad mensual desde que nuestro hijo es menor y lo ahorramos durante unos 18 años? Lo más probable es que podrás pagar sus estudios universitarios sin tener que estar sufriendo para conseguir el dinero de la mensualidad.


Si tú, papá o mamá, haces conciencia de esto y buscas la asesoría financiera especializada, te evitarás problemas futuros además de que tu hijo empezará a entender ¿qué es ahorrar?


Déjalo administrar sus propios recursos


Las cuentas de menores en algunos bancos son didácticas, ya que también los enseñan a guardar el dinero e incluso en algunas ocasiones les dan premios por el ahorro, lo que los motiva a seguir.


Hay otras cuentas en las que los niños reciben tarjeta de débito con la que pueden comprar al contado y sacar dinero del cajero. Tu papel es ayudarlo a manejar con responsabilidad y sentido del ahorro este plástico.


Involúcralo en las finanzas del hogar


Actualmente todavía hay familias en las que los hijos no saben cuánto se paga de luz, agua, teléfono, predial y otros servicios de su casa. Esto debería ser diferente pues ellos viven ahí, son parte de la familia y dejarlos fuera de los gastos o problemáticas de los papás es crearles una falsa idea de su realidad, lo que puede ser nocivo para su formación como personas independientes y responsables. Ellos, como miembros de la familia, deben conocer la situación de las finanzas de la casa para así poder contribuir en su momento con alguno de los gastos de la misma.


No se trata de quitarles su infancia, más bien hay que procurar que se acostumbren a las dificultades de la vida y aprendan que el dinero no sólo sirve para comprar objetos y entretenimiento, sino que es una herramienta indispensable para tener una vida confortable y funcional. Las palabras guían, el ejemplo aplasta. Cuando un niño demuestra signos de ser controlado con su dinero, es decir, con tendencia al ahorro, es bueno incentivarlo a que siga adelante con ello. Aunque "dar un buen ejemplo es la mejor lección que pueden ofrecer a los pequeños", dice Valentin Martínez Otero, doctor en Psicología y Pedagogía de la Universidad Complutense, "los niños tienen que comprender que no es fácil ganar dinero".


La mayoría de los padres dan todo a sus hijos, sin que a ellos les cueste nada. Quizá piensan que les hacen un bien y se sienten orgullosos de sí mismos al hacerlo, pero ¿ya pensaste qué pasará si no estás?, ¿sabría tu hijo qué hacer para ganar dinero, o entendería la situación en la que de pronto lo puso la vida? Generalmente no están preparados y estirar la mano no resolverá su problema. Por ello, el valor del trabajo y el buen hábito de ahorrar son grandes herramientas.


Hay que enseñarles a los niños a alcanzar una meta financiera. Ayúdalos a hacer un calendario y a que lo cumplan, además de considerar la posibilidad de darles como recompensa el monto que ahorraron, duplicado, esto contribuirá mucho a formar la disciplina de ahorro en él.


Educarlo acerca de lo que son las compras impulsivas y las indispensables es importante. Se pueden hacer las dos, sólo que, en el caso de las primeras, enséñale a tus hijos que pueden comprar el juguete o lo que quieran con lo que logren ahorrar al final del mes.


Enséñalos a comparar precios del mismo artículo en diferentes tiendas y muéstrales que incluso a la hora de la compra se pueden ahorrar algunos centavos y hasta pesos.


Comentarios:


Vivimos en una sociedad donde la gratificación es instantánea. Sin embargo, hay que explicarles a los niños que las gratificaciones a futuro son mejores.


Todos los padres buscamos darles cosas instantáneamente, pero ese no es el camino correcto para enseñarlos a ahorrar. Lo mejor es intercambiarles cosas, favores o apoyos, por algo que ellos puedan guardar.


Miguel Ángel Vicente

Menos Futbol, Mas Ciencia...


El 4 de junio del presente año, Carolina Aranda Cruz, de 11 años, estudiante de quinto de primaria, fue invitada a dar un discurso en el World Trade Center ante cientos de pediatras y del secretario de Salud. Su discurso terminó con una frase devastadora:


Pobre México nuestro, tan cerca del futbol y tan lejos de la ciencia. Algunos extractos de su discurso son apabullantes. Carolina dice:

¿Por qué apoyar más a los futbolistas que a los científicos?
¿Son mejores personas?
¿Producen mayor riqueza?
¿Nos divierten más?

No creo, gracias a los científicos también nos divertimos, ellos inventaron las computadoras, los ipods, los simuladores. Además, salvo algunos casos, los jugadores de futbol nos hacen ver muy mal mundialmente y nuestros científicos, que nadie apoya, no. Y en otro segmento de su discurso expone:

Me da pena que nuestro gobierno y nuestros empresarios inviertan tanto en futbol y seamos tan malos.

Me da pena que inviertan tan poco en ciencia y seamos tan buenos.

Tenemos la mejor universidad de Hispanoamérica, según la revista Time, y cada vez le damos menos recursos a la UNAM o al IPN.


¿Por qué no apoyar a lo que ya dé resultados? Un país que no invierte en ciencia y educación siempre será un país pobre.

¿Queremos un México pobre?

¡Qué les parece! Carolina le dio al clavo, y por demás, pues tiene razón.


Ya lo vimos, por poco perdemos en futbol con Cuba, país donde ese deporte casi no se juega, y perdimos con Honduras. Pero ejemplos de ésos abundan en la historia del futbol mexicano. Por otro lado, cabe mencionar otra vergüenza. El discurso de Carolina sólo NO tuvo eco. La pobreza noticiosa de los medios de comunicación también se evidenció. Y las cosas no cambian. Si hablaran menos de Michael Jackson y un poco más de Carolina Aranda, habría un avance.


El mes pasado, Televisa llevó a cabo su foro "Espacio". Cerca de 7,000 universitarios asistieron para escuchar a diversos personajes de la vida académica y política. Entre los invitados estuvo el actual director del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), Juan Carlos Romero Hicks. La ocasión era ideal para hablar de los proyectos que tendría el Conacyt para impulsar las oportunidades en la ciencia para los jóvenes, las Pymes o las estrategias para desarrollar la tecnología que requiere el país en los próximos años. Pero no, habló sobre la moral. Y no es que la moral no importe, pero hubiera sido moralmente más correcto para el director del Conacyt ocupar temas sobre los cuales cientos de jóvenes en el país están preocupados y que se relacionarían con su futuro como mexicanos con oportunidades.

CREEN QUE ESTE TIPO DE ARTICULOS DEBERÍAN SER ATENDIDOS HASTA QUE TODOS ENTENDAMOS EL MENSAJE.

Esta nota me causo gran alerta al pensar que muchos de los comentarios de los niños no importan, y nosotros los adultos pensamos que no tenemos que dar importancia a esos eventos por creer que al ser niños, sus pensamientos son irrelevantes.

Realmente quienes están equivocados, un niño con brillantes pensamientos o un adulto con costumbres arraigadas.