28.9.12

Niño de 3 años expone una clase sobre dinosaurios


En el proximo video les mostraremos una excelente presentación, donde damos todo el credito por ser un infante de 3 años de edad.

El niño expone como todo un profesional frente a sus compañeros de clase sobre dinosaurios, nombrándolos y detallando cualidades. Además, separa silábicamente sus nombres para que sus compañeros puedan aprender los complejos nombres, bajo la aplicación del Método Ventura (de Patricia 
Ventura). 



Patventura20

Para los amantes de los dinosaurios les dejamos mas dibujos para colorear.....















pekeland

Yo amo los viernes (ir de compras al supermercado)





En Mundo FiLi amamos los viernes por que mañana vamos al supermercado, no solamente por comestibles para mi casa, también me dejaran escoger algunos de mis alimentos y comidas favoritas....!!
Como la leche, cereales, Las frutas, gelatinas, manzanas, galletas con salvado y miel..... y por ultimo una revista de animales prehistóricos...... Si!!

 ¿Y tú porque amas los viernes?

Golosinas caseras, rápidas y lindas


Mmmmm… Miren esta golosina, es rápida para preparar y muy elegante, además son ultra fáciles de hacer, como aquéllos chupa-chups de cereales que les presentábamos hace algún tiempo, que quedarán increíbles en una fiesta de cumpleaños o en cualquier celebración infantil, no me pueden negar que esta golosina sorprendeáa a todos en las fiestas para los niños…
Para prepararlas necesitarás: 

- Palos de brocheta o de chupa-chups (tambien ´pueden ser de bambú)
- Nubes o esponjitas
- Chocolate con leche para derretir
- Chocolate blanco para derretir
- Colorante para chocolate
Lacasitos, virutas de colores y cualquier topping para decorar
Preparacion:
1.- Poner las nubes (o esponjitas) en el extremo del palo de brocheta o de chupa-chups.
2.- Derretir el chocolate con leche y el chocolate blanco por separado en un cazo. Agregar colorante del color deseado al chocolate blanco (en este caso era colorante rosa).
3.- Introducir la nube en el chocolate con leche y luego esperar a que se solidifique.
4.- Una vez seco, introducir la nube cubierta de chocolate en el chocolate blanco con colorante.
5.- Antes de que se seque, añadir los toppings deseados: virutas de colores, un lacasito, frutos secos… y listo!!
¡Puede servir también como regalito de cumpleaños a los invitados!
 Just the little things

Casitas para niños con mucho estilo


El otro día os enseñé esta cabaña decorada para niños, y una de nuestras seguidoras nos contó que quería hacerle una casita en el árbol a sus hijos… ¡y no sabéis cómo se me pusieron los dientes de largos! En vista de eso, he estado buscando ideas por los distintos blogs que nos gustan (una, que es un poco masoquista…)y aquí os traigo 6 ideas de casitas para niños:
Una de casitas hechas con materiales reciclados, como esta con escala para trepar y cubo para subir y bajar las provisiones y pequeños tesoros de los niños.
Una de casitas para escaladores, como esta casita con mini rocódromo en la que vuestros hijos podrán pasarse horas y horas inventando historias y aventuras.
Una de casitas de cuento, esta ¡con pasarela y todo! Me encanta el toque que le dan esos visillos-mosquiteras… ¿a quién quiero engañar? ¡¡ME ENCANTA ESTA CASITA!! Aviso a los niños: no dejéis que os construyan nada parecido porque corréis el (serio) riesgo de quedaros sin ella. ¡Prohibido llorar después!
Una de casitas con mucho encanto, como esta tienda de campaña para el jardín hecha con sábanas y manteles y una cuerda atada a dos árboles. Si no tenéis un árbol lo suficientemente grande como para construir una cabaña… ¡esta es la vuestra! Eso sí, mejor esperad a que vuelva el buen tiempo…
Una de casitas de madera para espacios interiores, ¡quién pudiera ser niño para tener este fuerte en casa! No necesitaréis jardín… ¡pero sí espacio suficiente dentro de casa!
Una de casitas con mucho humor. Esta, hecha con palillos de dientes (aunque yo creo que cerillas valdrían igual) en un árbol de brócoli. En mi casa, de momento, nos quedamos con esta. Jeje.
bebestilo

Que es una alergia alimentaria en niños


¿Sospechas que tu hijo es alérgico a algún alimento? La cifra de niños alérgicos no deja de crecer, y se sitúa ya en torno al 7%, pero lo primero es hacer la distinción entre alergia y un alimento que simplemente no “sienta bien”. En el primer caso,  se da una respuesta del sistema inmunológico que sobreactúa frente a una sustancia (el alimento) que en realidad no es dañina, y es un médico quien debe diagnósticarla.

Así, ante una sospecha de alergia alimentaria, aunque curse con síntomas leves, debes  llevar al niño al médico, porque sólo él podrá indicarte como actuar y si la alergia puede evolucionar.
¿Quieres saber más sobre alergias alimentarias?

1. ¿Qué síntomas cursan las alergias alimentarias?
Los síntomas de las alergias son muy variados, y pueden ser desde leves y apenas perceptibles hasta muy graves (pueden incluso causar la muerte).
De la misma manera, la reacción alérgica depende de las zonas en las que penetre el alergeno, por eso las alergias alimentarias causan sobre todo síntomas digestivos: picor de lengua, boca y garganta, vómitos, diarrea, y cólicos.
También son frecuentes otras reacciones que no se relacionan con el aparato digestivo como la urticaria, el asma o la rinitits.
La reacción más grave es la anafilaxia, que exige una intervención inmediata en urgencias,  ya que provoca una constricción grave de las vías respiratorias, acompañada de otros síntomas.

2. ¿Qué alimentos suelen causar alergias?
En España las alergias alimentarias en niños más frecuentes son, por este orden, a la leche de vaca, al huevo y al pescado (son culpables del 90% de las alergias en menores de 2 años).
Otras alergias frecuentes son a los frutos secos, al marisco o a determinadas frutas.

3. ¿Las alergias se pueden curar?
Hay muchas alergias que se curan, pero depende de múltiples factores,como el tipo de alimento, la severidad de la alergia y la edad del alérgico.
Así, es más probable que la alergia desaparezca si los síntomas son leves y si la alergia apareció cuando el niño tenía menos de un año. De la misma manera es más frecuente que desapareza la alergia a la leche de vaca que a los frutos secos o al pescado.

4. ¿Qué hacer si sospechas que tu hijo tiene alergia a un alimento?
Lo primero, cuando se presenta una alergia, es diagnosticarla.
Para eso, es necesario acudir a un médico especialista, quien realizará la oportuna exploración alergológica, y te indicará cómo prevenir futuras reacciones y si es probable o no que estas sean graves, así como si el problema puede remitir.
Acudir al médico es esencial porque a menudo una alergia alimentaria inicial es el primer paso para otra serie de alergias (este fenómeno se conoce con el nombre de marcha alérgica).

5. ¿Cómo se trata una alergia alimentaria?
Básicamente, evitando el alimento, y cualquier otro manufacturado que lleve trazas de él. Es importante aprender a comprobar cuidadosamente el etiquetado de los alimentos y evitar cualquier producto del que no estemos seguros (por lástima, el etiquetado a veces deja mucho que desear).
En el caso de reacciones hipotéticamente severas, su médico te proporcionará instrucciones precisas respecto a la manera de proceder y qué tratamiento de urgencia habrá que aplicarle al niño mientras le llevan a Urgencias.

Unidad de Alergia Infantil

Distintas formas de alergias en los niños


El eccema infantil es una enfermedad frecuente en pediatría, es de fundamental importancia el control del niño con dermatologo pediatra para la tranquilidad de sus padres, controlar la enfermedad y mejorar su diagnóstico.
Formas de alergia en pediatría
El eccema infantil es una enfermedad frecuente en pediatría, que es de naturaleza alérgica y que consiste en una reacción exudativa de la piel con liquenificación ( marcas cutáneas toscas ) con picazón.

Las lesiones iniciales presentan enrojecimiento, tumefacción, descamación y exudación con microvesículas y costras, pero al pasar del estado agudo al crónico se hacen secas, escamosas y engrosadas, con cambios pigmentarios.

En los niños se distinguen tres tipos de eccemas: la dermatitis atópica, la dermatitis seborreica, y la dermatitis por contacto. Tienen en común una determinación genética que se manifiesta durante los primeros 2 a 3 meses de vida, fundamentalmente con manifestaciones cutáneas pero también como rinitis, y luego en la infancia más tardía, como asma alérgica.

Es característico encontrar durante toda su evolución concentraciones séricas altas de inmunoglobulina E (Ig E). Sobre los factores genéticos predisponentes actúan factores desencadenantes exógenos, ya sea por contacto con la piel, por sustancias ingeridas o inhaladas. En el caso de la dermatitis atópica la piel también es afectada por el calor o el frío extremos, y por factores como el jabón, lana, y alergenos alimentarios.

La dermatitis atópica
Es una forma frecuente de eccema caracterizado por una especial reactividad de la piel ante diversos estímulos físicos. Por ejemplo, un ligero traumatismo, en lugar de producir enrojecimiento de la piel, causa una línea blanca rodeada de área blanquecina.

Las lesiones iniciales son placas eritematosas (rojizas) y descamativas, que se extienden desde las mejillas al resto de la cara y cuello, luego a las extremidades y el abdomen; más tardíamente a las áreas de flexión.

El prurito es muy intenso y característico, determinando que el lactante frote su cara contra las sábanas, traumatizando las lesiones que se hacen primero exudativas y luego costrosas. La infección agregada crea un círculo vicioso que perpetua el proceso.

En el lactante la dermatitis atópica puede confundirse con la sarna, pero a diferencia de ella no afecta las palmas de las manos ni las plantas de los pies, ni comienza por la espalda sino por las mejillas. Es común que comience asociada con la introducción de determinados alimentos en la dieta, fundamentalmente leche de vaca, trigo, soja, pescados y huevos. Entre el 20 a 30 % de los lactantes que padecen eccema alérgico tienen hipersensibilidad alimentaria.

Las complicaciones infecciosas son por bacterias, hongos o virus. El estafilococo y el estreptococos beta hemolíticos son las bacterias más comunes. También infectan el virus del herpes y a veces el molusco contagioso.

La dermatitis atópica comienza a remitir alrededor de los 3-5 años de edad, persistiendo sólo un eccema ligero en los pliegues de los codos y rodillas, en las muñecas, detrás de las orejas, en la cara y cuello. Con los años la piel afectada tiende a secarse y engrosarse. La cara adquiere un matiz blanquecino. Las áreas crónicamente afectadas persisten hiperpigmentadas hasta los 40 a 50 años de edad.

La dermatitis seborreica
No presenta la intensidad del prurito característica de la dermatitis atópica. Con frecuencia puede ser difícil distinguir las lesiones con las de la sarna, dermatitis alérgica de contacto, y otras. La dermatitis seborreica suele comenzar por el cuero cabelludo, en forma de "costra láctea" que afecta también las orejas, las cejas, ambos lados de la nariz y párpados. A diferencia de ella, la sarna respeta el cuero cabelludo.

Sus lesiones son escamas blancas grasientas, a veces amarronadas, diferentes de las de la dermatitis atópica. En el lactante las lesiones duran menos que el eccema atópico y responden más rápido al tratamiento.

La dermatitis irritativa de contacto
Se relaciona con el contacto prolongado o reiterado de sustancias como la saliva, jugo de frutas (sobre todo cítricos) , detergentes, o medicamentos. La saliva es frecuente que por babeo continuo lesione la cara y pliegues cervicales del lactante.

En los niños mayores el lamido continuo de los labios causa una lesión típica. La lesión más común es la dermatitis del pañal por el roce, la maceración y el contacto prolongado con la orina y materias fecales a los que se suman los preparados de uso tópico.

La piel recubierta aparece enrojecida y descamante con vesículas, ampollas, fisuras y erosiones muy dolorosas. Respeta los pliegues genito crurales. Secundariamente se infectan por bacterias y hongos. Las dermatitis de contacto irritativas mejoran una vez eliminada la causa, con el cambio frecuente de los pañales y el lavado meticuloso de los genitales. Los pañales desechables mejoraron notablemente la enfermedad mediante material absorbente que mantiene la región relativamente seca. Puede ayudarse a la cicatrización mediante cremas como vaselina o pasta de óxido de zinc, aplicadas luego del lavado.

Cuando estas medidas no son suficientes puede aplicarse pomadas con hidrocortisona al 0,5 o 1% luego de cada cambio de pañal. Si existe sobreinfección (sobre todo con cándida albicans, con pústulas y pápulas) es necesario usar pomadas con antimicóticos.

El tratamiento preventivo
Deben controlarse los factores ambientales que precipitan el ciclo prurito-rascado-prurito, evitando los alimentos y agentes de contacto que desencadenan el prurito. Deben evitarse también los grados extremos de temperatura y humedad, y la transpiración.

  • La exposición al sol y al agua salada resulta beneficiosa.
  • Se aconseja usar ropa de algodón, no de lana.
  • Debe evitarse que el lactante gatee sobre alfombras.
  • El baño debe de ser breve y sin jabones y detergentes que desengrasen la piel.
Se recomienda agregar aceite en la bañera para que luego que el niño permanezca en ella unos minutos consiga mantener la humedad en su piel.
Luego del baño se aconseja usar cremas y lociones sobre la piel húmeda.
Es útil remojar las lesiones con agua tibia, durante 30 minutos 2 o 3 veces por día, agregando luego pomadas humectantes.
Si se comprueba que un alimento aumenta el prurito debe retirarse de la dieta.

La lactancia natural mantenida reduce la sensibilización a alergenos alimentarios sólidos, que de este modo que no se inician hasta pasar los seis meses de edad. Debe recordarse la importancia de prevenir con adecuada higiene y ventilación el papel que juega el polvo doméstico, rico en alergenos de ácaros y hongos.

El tratamiento sintomático y de complicaciones En las exacerbaciones agudas de la enfermedad los apósitos húmedos tienen un efecto antipruriginoso y antiinflamatorio.

Las cremas con corticoides suelen ser muy beneficiosas, pudiéndose comprobar que disminuye el prurito. Las uñas deben mantenerse cortas y limpias para disminuir las lesiones de rascado. A veces es necesario sujetar los codos para mantener las manos alejadas de la cara durante la noche. Otros medicamentos que ayudan a controlar el rascado son la difenilhidramina (benadryl), la hidroxicina (atarax) o la prometazina (fenergan).

En algunos la aspirina tiene un notable efecto antipruriginoso. Cuando existe infección agregada deben administrarse antibióticos por vía general, como la eritromocina o cefalexina . Los antibióticos locales además de tener escaso valor terapéutico pueden producir sensibilización alérgica. Sin embargo puede elegirse la mupirocina (mupax), antibiótico que es menos alergénico.

En la fase aguda es necesaria la aplicación tópica de cremas o pomadas con corticoides, comenzando por el uso del corticoide menos potente asociados a cremas humectantes en pequeñas dosis en cortos intervalos.

Los esteroides más potentes no deben aplicarse en la cara, en genitales, ni en grandes áreas, durante períodos prolongados. Es de elección la hidrocortisona al 0.5 o 1%. En lo posible la administración sistémica de corticoides debe limitarse a los enfermos más gravemente afectados y sólo por períodos breves.

Luego, en la medida que se disminuyen los corticoides por vía oral, para evitar las recidivas se debe aumentar el tratamiento con corticoides locales.

Es de importancia fundamental el control del niño con dermatólogo pediatra. Ello evita la angustia de los padres en la medida que participan de las medidas preventivas y curativas que permite controlar la enfermedad y mejorar su pronóstico, que no incluye una curación inmediata ni radical.

Material cedido por UCM

26.9.12

Mi hijo le tiene mucho miedo al doctor: causas y soluciones



Es difícil encontrar niños que no tengan miedo a nada. Los temores son habituales y muchos de ellos, aunque cada niño es diferente, son generales. Uno de ellos es el miedo a los médicos, agujas y hospitales. Por suerte, suele disminuir con la edad y puede ser controlado con la ayuda de los padres, médicos y personal sanitario.

La sensación de inseguridad ante una situación desconocida, el contacto con personas extrañas que invaden su espacio vital y unos procedimientos que en algunos casos son dolorosos y que en otros incluso requieren que se separe de su madre (hospitalizaciones, radiografías, etc.) son los ingredientes de un cóctel que, mezclado con su gran imaginación, contribuye a que el niño perciba el ámbito médico como una amenaza a su bienestar. El miedo a los médicos y hospitales es evolutivamente comprensible y frecuente en los niños de corta edad, sobre todo alrededor de los 5-6 años, pero de él no están exentos ni adolescentes ni muchos adultos.

El origen del miedo

Hay varios motivos que pueden explicar el miedo: la ansiedad de la separación y la ansiedad frente a los desconocidos son temores normales que denotan un vínculo saludable con la madre o cuidador primario y que influyen claramente en las situaciones médicas. Pero a estos temores propios de la edad, se suele añadir también una información insuficiente o imprecisa. El niño tiene una percepción limitada del mundo y todo lo que no entiende o desconoce puede ser una fuente de desconfianza. 
En otras ocasiones, ha podido mediar alguna experiencia traumática, como un accidente, una mala práctica médica o un estado de salud delicado con un historial doloroso. Incluso un miedo adquirido de otras personas. Los niños captan fácilmente los temores de sus padres, y no los ayuda en absoluto ver cómo los adultos en los que confían recelan de las decisiones médicas y flaquean, sufren y dudan ante el llanto infantil. 
El propio miedo de los padres atemoriza a los niños. Otras veces, los adultos gastan bromas entorno al mundo médico-hospitalario o utilizan “amenazas” para que sus hijos se comporten como ellos desean: “si no comes, le digo al doctor que te ponga una inyección”. Pero realmente es un recurso educativo inadecuado, ya que, aunque funciona al momento, porque el niño trata de evitar a toda costa la situación que le asusta, a la larga le puede provocar miedos gratuitos o infundados. 
Su imaginación desbordante también le juega malas pasadas, y hechos sin importancia pueden adquirir proporciones exageradas en su pensamiento y provocarle una gran angustia. Del mismo modo, hay que tener en cuenta las situaciones emocionales especiales, como los desajustes familiares (discusiones o separación de los padres, viaje prolongado de uno de ellos, nacimiento de un hermano, muerte de un familiar, etc.).

Cómo prepararle

Muchos padres, con su mejor intención, con tal de ahorrarle un berrinche, llevan al niño al médico “engañado”. Puede que esté ajeno a la situación hasta el momento de entrar en la consulta, pero esta forma de actuar no le ayuda a vencer su miedo, solamente le confunde, hace que se sienta traicionado, le provoca desconfianza hacia el adulto y puede crearle ansiedad cuando, en el futuro, vaya a otros lugares. Es conveniente que se le explique el motivo de la consulta (revisiones, pruebas médicas u hospitalizaciones), el procedimiento que se seguirá, quién lo llevará a cabo, qué instrumental utilizará, si va a ser doloroso o incómodo y si va a necesitar un tiempo de convalecencia. Proporcionarle información permitirá que el niño se prepare, incluso se pueden conseguir actitudes cooperativas, como, por ejemplo, sujetar el instrumental.

Dentistas, inyecciones…

La visita al dentista, las inyecciones, un análisis de sangre… Aunque la preparación y la información con cierto tiempo es necesaria siempre, en estos casos, el niño no necesita saberlo una semana antes para que la aprensión no le bloquee; un día de antelación será suficiente para que se mentalice. Es importante hacerle ver también la utilidad de la prueba y que la decisión de realizarla no está en sus manos. Para que el niño tenga alguna sensación de control se le pueden ofrecer pequeñas opciones, como elegir el brazo en el que quiere ser pinchado o por quién quiere ser acompañado. 
Algunos médicos consideran que el niño se muestra más colaborador si sus progenitores no están presentes, pero los niños necesitan estar con los padres durante las experiencias nuevas y en los momentos de estrés. Precisamente las prácticas dentales y las agujas asustan porque suelen ser experiencias nuevas o poco frecuentes y normalmente implican dolor y/o malestar físico. Hay que procurar a toda costa permanecer a su lado, pero a cambio tendremos que estar seguros de que mantendremos la calma.

Hospitalizaciones y cirugías

Cuando se trata de una urgencia, lo más probable es que los propios padres desconozcan los procedimientos que se le van a aplicar, y en estas condiciones, el niño, que no entiende la situación, seguramente se niegue a colaborar y haya incluso que utilizar la fuerza (no la violencia) para poderle realizar las pruebas. Ante este panorama se le explicará cuanto sea posible lo que ocurre, se permanecerá a su lado todo el tiempo que esté permitido y se acariciará y abrazará al niño lo más posible, sobre todo en los momentos de dolor físico, para darle seguridad. 
El paciente adecuadamente preparado está menos angustiado, tiene menos dolores y su recuperación es más rápida. En cualquier caso, hay que transmitir al niño la idea de que la hospitalización o la cirugía es necesaria para curarse o arreglar su problema, que no es un castigo y que su cuerpo no sufrirá ninguna desfiguración o lesión, evitando en lo posible un lenguaje intimidante (rajar,coser). Asimismo se le pueden mencionar las ventajas de los calmantes y de la anestesia para combatir el dolor, pero que una vez finalizada la operación se despertará. Tampoco está de más llevarle algún juguete u objeto habitual en su vida diaria (peluche, mantita, libro, etc.) para que tenga la sensación de tener “un trocito de su casa”.

El médico también influye

El modo en que el médico trata al niño también es decisivo. Cuando el niño acude a una consulta, generalmente lo hace con cierto grado de ansiedad y los síntomas somáticos y psicológicos se entremezclan. Pero si el pediatra, estomatólogo, radiólogo… adecua su ritmo del trabajo a la disponibilidad del niño, tiene para él palabras tranquilizadoras, seguramente conseguirá que la tensión inicial se apacigüe y que el niño incluso se muestre colaborador. La relación humana médico-niño-padres es fundamental para prevenir el miedo del niño y hacer un diagnóstico adecuado.

Información a su medida

Lógicamente, la información ha de ser adecuada a la edad y al nivel madurativo del niño. * Entre los 2 y 3 años, una explicación sencilla de lo que va a ocurrir y por qué, no con demasiada antelación, es suficiente. Y si se pueden evitar expresiones como “no tengas miedo” y “no te va a doler”, mejor. Estas palabras le confirman que sin duda hay algo que temer. * A partir de los 3 años, ya se le pueden dar más detalles. Viene bien utilizar cuentos, láminas y juegos de simulación para que se vaya haciendo a la idea. La antelación para comunicárselo depende de si es una revisión rutinaria o una hospitalización. En el caso de una cirugía, una semana es suficiente para que los niños de 4 años o mayores planteen sus dudas. * A partir de los 7 años y hasta la adolescencia, les harán falta como mínimo 2 ó 3 semanas.

Estrategias para superar el miedo

Previo aviso. Decirle la verdad con antelación, utilizando un lenguaje comprensible y tranquilizador para él. Si no tenemos información suficiente (amígdalas, hernias, fimosis…), hay que pedírsela al médico para que podamos transmitírsela al niño y aclarar todas sus dudas. Mostrar comprensión. Mantener una actitud de escucha y tomarse el tiempo necesario para que el niño hable de sus temores, podamos tranquilizarlo y corregir sus ideas erróneas, evitando regañarlo, ridiculizarlo o hacer bromas sobre ello. En su justa medida. 
Tratar de comprenderle pero sin reaccionar de forma exagerada. El niño puede ver en ello más atención y concesiones de las normales y reforzar accidentalmente los temores. Abordar los miedos conjuntamente. Permanecer en lo posible a su lado y coger su mano le dará seguridad y confianza. En separaciones inevitables (radiografías, cirugías, etc.), el niño ha de saber que estaremos muy cerca y que nos reuniremos con él en cuanto sea posible. Mantenerse tranquilos. Si estamos calmados y no interferimos en el quehacer del médico, seremos más útiles. Si no es así, es mejor buscar a una persona cercana al niño en la que él pueda apoyarse emocionalmente. 
Practicar técnicas útiles. Ensayar en casa formas de mantener el control, como respirar profundamente, relajarse pensando en cosas placenteras, contar, mantener charlas optimistas, dibujar o llevar a cabo juegos simulados, le proporcionarán al niño estrategias que le ayudarán a reducir sus miedos. Elogiar sus progresos. Hay que celebrar con él su comportamiento positivo durante la temida experiencia. Para la próxima vez, le ayudará recordar cuáles han sido las estrategias que le han ayudado a estar más tranquilo. Liberar sentimientos. 
Es necesario permitirle descargar sus emociones. Cada uno puede reaccionar de forma diferente (llanto, enfado. El niño ha vivido algo que le ha asustado, le ha causado dolor, le ha restringido su movilidad… y necesita desahogarse para superarlo.
Virginia González. Psicóloga

Como es una dieta equilibrada y nutritiva para nuestros niños



Niños y adultos necesitan los mismos nutrientes básicos, incluyendo una dieta equilibrada, la clave es la ingesta de grasas, proteínas, carbohidratos, vitaminas y minerales, de acuerdo con estudios. Sin embargo, las necesidades varían la dieta diaria de una persona por factores como la edad y el tamaño. A pesar de que usted debe consultar a su pediatra familiar para ayuda a desarrollar una dieta equilibrada y nutritiva para sus hijos, vamos a considerar algunos conceptos básicos saludables mientras tanto.

Concepto básico de la alimentacion
Una dieta equilibrada y nutritiva para los niños debería centrarse en los granos integrales, baja en grasa o descremada leche y productos lácteos, frutas y verduras, de acuerdo con las pautas dietéticas para los estadounidenses desde el departamento de agricultura de los Estados Unidos. También debe incluir magras fuentes de proteínas, como las aves de corral, pescado, carnes magras, nueces, frijoles y huevos, pero ser baja en sales, agregado de azúcares, colesterol y saturadas y grasas trans, dice las pautas dietéticas para los estadounidenses.

Grasas, proteínas y carbohidratos
Necesidades específicas de su hijo para grasa, proteína y carbohidratos depende de su tasa de crecimiento y nivel de actividad, un nutriologo infantil podrá ofrecerle una amplia gama de opciones que le ayudará a tener una idea de cómo balancear la dieta de su hijo. Su consumo de grasas debe ser entre 30 y 35 por ciento de sus calorías diarias si él es de 2 a 3 años de edad y 25 a 35 por ciento si es 4 o más años. Su ingesta de proteínas debe ser de cinco a 20 por ciento de sus calorías diarias si él es de 2 a 3 años y de 10 a 30 por ciento si tiene al menos 4 años de edad. Por último, su consumo de carbohidratos debe ser 45 a 65 por ciento de sus calorías diarias independientemente de su edad.

Calcula las porciones
Una dieta equilibrada bien implica el consumo de alimentos de todos los grupos de alimentos. El requerimiento diario de servir para rangos de granos de 3 onzas de 2 y 3 años de edad a 7 onzas para los niños de 14 a 18 años de edad; al menos la mitad de la ingesta diaria de grano debería provenir de granos enteros, como la harina de avena, arroz y harina de trigo. 

Fruta diaria necesita oscilan entre 1 taza y 2 tazas, y vegetales diarios necesita el rango de 1 a 3 tazas. Además, los niños deben consumir suficiente leche y productos lácteos, como queso y yogur, conforman 2 a 3 porciones diarias. Por último, los niños deben comer 2 a 6 onzas de fuentes de proteínas, como pescado, aves de corral, frijoles, nueces, huevos y semillas.

Qué límites tenemos
Reducir la ingesta de su hijo de grasa innecesario, ofreciendo baja en grasa o descremada en lugar de toda la grasa leche, de profundos alimentos fritos y cocinar con métodos saludables como la parrilla y al vapor. Limitar la comida rápida para ocasiones especiales también le ayudará a proteger a su hijo de grasas innecesarias. Azúcares añadidos, se encuentran en cantidades excesivas de soda, bebidas de frutas, dulces y alimentos de botanas, también debe ser mantenido en un mínimo.

Consejos finales
Abastecerse en listo para comer bocadillos como frutas frescas y verduras, galletas integrales, tazas de yogur bajo de grasa y galletas de grano entero. Si usted ofrece estos alimentos como un reemplazo de menos refrigerios saludables como fichas de la máquina expendedora, ayudará a su hijo mantener un nivel constante de energía, contribuir hacia ella diariamente al servicio de las necesidades y disminuir las posibilidades de comer en exceso cuando ella finalmente se sienta para una comida completa.

Salud y bienestar

25.9.12

Por que los niños usan un Peluche o Cobijita?



Mama pregunta: A qué edad es recomendable desprenderse de esa cobijita, mi hija no se duerme si no está esa famosa cobijita

Respuesta: Se llaman objetos de seguridad, ellos se sienten bien con ellas y son sumamente importante por ejemplo para el día que entran al kínder, cuando salgas de viaje, eso les recuerda a su casa (incluyendo familia), es muy común en los niños usen la cobija o algún tipo de muñeco.
No te preocupes, la va a dejar sola pero no la presiones de verdad la necesitan.

No olvidemos que esta actividad es absolutamente normal. Los niños pequeños siempre buscan algo en especial con que se identifican y sienten protección, por eso cargan con él a todas partes.


Probablemente la cobijita huela a mamá y la niña o niño se siente acompañado y protegido con su cobijita.

Déjasela hasta que ella la quiera tener, seguramente cuando crezca un poco más la dejará de lado de forma voluntaria, no hay porque preocuparse, pero es normal.

Una primita tenía igual una cobijita, el problema es que no la soltaba ni para que su mamá la lavara!!! Y eso si era problema ya que creo que la pobre cobijita YA SE PARABA SOLA de lo mugrosita que estaba Jajajaja, pero al final  terminó dejándola.

Y si deseas lavarla procura hacerlo cuando este en la escuela, en el kínder, bañándose  o profundamente dormida.
Suerte!!
Katherine OMG 

Que hacer con el mal olor de zapatos


A veces da miedo quitarse los zapatos por ese horrible olor que saldrá de ellos, siempre pasa con los zapatos deportivos, los tenis o unas botas de goma, después de mucho uso o de jornadas intensas. Pensamos que un monstruo puede llegar a salir de allí, según quién los haya llevado o qué se haya hecho con ellos, no queremos ni imaginarlo.

Para solucionar esto existe una forma de llevarlo con humor ya que, aunque no lo evita, sí lo resuelve: recurrir a la ayuda del bicarbonato. 

Entre los miles de posibles usos que puede tener el bicarbonato en una casa, su uso como desodorante es uno de los más recomendados.

Para ayudar en esta situación, tenemos dos opciones:

1.- Mantenimiento
Rellenamos unos saquito tipo las bolsas de té (éstas servirían, las venden en algunos supermercados y tiendas de té) con un par de cucharaditas de bicarbonato. Ponemos un saquito en cada zapato/ zapatilla/ bota, lo que sea, y lo dejamos ahí hasta la siguiente vez que los vayamos a utilizar. Listo.

2.- Para emergencia
Espolvoreamos una cucharadita de bicarbonato en cada zapato y lo dejamos actuar durante la noche. Por la mañana, sacudimos el polvillo y … ¡ya está!

Espero que les funcione también como a mí.

Mundo FiLi

Los anteojos y los niños que los usan



Los sentimientos del padre cuando se entera que su hijo necesita anteojos pueden ser angustiosos. Puede afligir saber que el pequeñito tendrá que usar anteojos. Pero, la buena noticia es que los anteojos pueden ser un factor importante que permitirá a su hijo mejorar su vista. Esto es una muy buena noticia porque significa que su hijo tendrá la oportunidad de ampliar su mundo, ver mejor y obtener información de una manera más eficaz. Después de tantos años de trabajar con las familias, he ido compilando las siguientes ideas que pueden ser de utilidad a los papás cuando por primera vez introducen los anteojos. En lo que se refiere a anteojos nuevos, hay dos componentes críticos que deben revisarse antes de comenzar el proceso de animar al niño a usar las gafas.

1. El armazón de los anteojos debe ajustar perfectamente. 
Algunos anteojos, especialmente esos para afaquia (ojos que no tienen cristalino debido a cirugía de cataratas) pueden ser muy pesados para los niños. El estilo de las gafas es muy importante y el usar una banda de cabeza puede ayudar a distribuir el peso de las gafas. Asegúrese que las gafas no aprietan la nariz ni los orejas. Vigile que no dejen marcas rojas porque eventualmente causarán irritación en la piel.

2. Los lentes deben ser hechos de acuerdo a la receta. 
Es común, que los lentes que no están preparados de acuerdo a la receta, ocasionen que el niño no tolere los lentes. Este es un problema que debe ser tomado en cuenta. Para verificar que la receta ha sido surtida correctamente lleve los lentes al óptico o al doctor de los ojos para que se determine la veracidad óptica de la receta en los lentes en contra de lo que el niño necesita.
La mayoría de los niños aceptan los lentes nuevos una vez que se dan cuenta que el mundo se ve mejor con ellos que sin ellos. La meta es ofrecerles suficientes oportunidades para usarlos para que ellos puedan darse cuenta de esto. 

Entre los consejos que les puedo dar sobre los lentes nuevos se encuentran:

3.- Las únicas manos que deben poner y quitar los anteojos deben ser las manos de un adulto.
Si el niño se quita los anteojos, asegúrese de volver a ponérselos; y cuando sea adecuado quitárselos. Tan pronto como el niño se dé cuenta que él/ella puede controlar los anteojos, es posible que usted pierda la batalla. Con el tiempo su hijo tendrá la suficiente madurez para tomar esa responsabilidad por sí mismo, pero al principio es mejor que el adulto tenga el control para que los anteojos no se conviertan en un juguete o en un arma de manipulación.

4.- Comience con pequeños incrementos de tiempo y gradualmente auméntelos para incrementar la tolerancia del niño.
Escoja una hora en que el niño está descansado y de buen humor. Prepárese para entretener al niño lo más posible para que esté suficientemente ocupado y distraído que no quiera quitarse los anteojos. Cuando introduzca los anteojos escoja una actividad que sea muy motivadora, que al niño le fascine. Cuando el niño se quite los anteojos, ponga alto a la actividad. Reanude la actividad cuando se deje poner los anteojos otra vez.

5.- Haga de los anteojos una rutina de la vida cotidiana de su hijo
Póngaselos en la mañana cuando lo vista y quíteselos antes de la siesta o la hora de acostarse. En lo que se refiere a los pequeños incrementos de tiempo esta área es algo que debe explorarse. Por ejemplo, comience poniéndole los anteojos en la mañana como parte de la rutina de vestirse y déjeselos puestos tanto tiempo como el niño los tolere, después, al siguiente día aumente ese período de tiempo. Vea cómo funciona esto, tenga paciencia pero sea firme.
Tanni Anthony

Las 7 frutas perfectas para tu hijo



Éstas son las siete frutas preferidas por los niños. Aunque el plátano suele ser la que mejor comen, debido a que es fácil de pelar, de textura suave y sabor dulce, tu hijo tiene que tomar también las otras seis, por lo menos, ya que hay ciertas vitaminas o minerales que se encuentran en unas frutas y no en otras.

NARANJA
Es muy rica en calcio y en vitaminas A, C y E. Tiene propiedades laxantes y desinfectantes. Los niños pueden tomarla en zumo desde los 4 o 5 meses. Entera, no antes del año, porque los hollejos pueden provocarles arcadas. Dásela de postre si su comida ha sido rica en hierro (favorece su absorción). También en zumos, batidos, en rodajas con yogur, en mermeladas, como salsa de carnes y en las ensaladas.

UVAS
Aportan energía y depuran el organismo. Se recomiendan para superar la fatiga y el cansancio, combatir la debilidad, depurar el hígado y la piel y adelgazar. Además de cuidar el corazón y prevenir el cáncer, comer uvas protege frente a las alergias y alivia sus síntomas (rinitis alérgica, asma...), porque su alto contenido en antioxidantes y vitaminas A, C y E es muy beneficioso para las vías respiratorias. Dáselas sin pepitas ni piel si el niño es pequeño. Y añádelas a zumos, batidos, macedonias, dulces, salsas...

ALBARICOQUE
Al igual que el melocotón, tiene alto contenido en vitamina A (fundamental para la conservación de los epitelios) y en hierro (ayuda a prevenir la anemia). Los niños pueden tomar albaricoques a partir de los 18 meses (comprobando que no le dan alergia). Son especialmente recomendables para los que comen poco, porque tomados entre comidas estimulan el apetito.

MANZANA
Es rica en peptina, una sustancia que ayuda a bajar el colesterol y protege de la contaminación ambiental. Además, es reguladora en la diarrea, posee propiedades sedantes y depurativas, elimina toxinas y favorece la salud dental. Dásela en compota, o cocida con agua, azúcar, piel de limón y un poco de canela, o asada. También en hojaldres, buñuelos y en bizcochos. O en puré para acompañar platos de carne, como relleno de asados, mezclada con carne picada en hamburguesas o, en láminas, sustituyendo a la patata de la tortilla española.

PERA
Es muy rica en sales minerales, como calcio y fósforo, y aporta vitaminas A y C, agua y fibra, por lo que contribuye a prevenir el estreñimiento. También es depurativa y diurética, y si está madura favorece la digestión. Calma la tos, la congestión pulmonar y la gastritis. Además de incorporarla a sus primeras papillas, dásela en trocitos cuando ya mastique, y añádela a zumos, batidos, compotas, salsas y ensaladas.

PIÑA
Es pobre en grasas y proteínas, pero aporta una importante cantidad de hidratos de carbono (que dan energía al organismo), vitaminas A, B y C, minerales como calcio, hierro y potasio, y además fibra, que favorece el tracto intestinal. También es diurética y ayuda a hacer la digestión. Tu hijo puede empezar a tomarla en zumo desde los 9-10 meses. A partir de los 18 meses, partida en trozos pequeños (la parte tierna), para que pueda tragarla bien. Dásela en rodajas, con yogur o con lonchas finitas de jamón serrano.

PLÁTANO
Su sabor es más dulce y su textura resulta más blandita y jugosa que la banana americana, por esta razón gusta más a los niños. Proporciona mucha energía (que tarda en consumirse), vitaminas C y B6 y potasio, mineral que refuerza el tono muscular. Ayuda a regular el colesterol y a combatir el estreñimiento. También alivia las molestias abdominales, así que cuando a tu hijo le duela la tripa puedes probar a darle un plátano. Además de ofrecérselo al natural o en batidos y papillas, puedes hacérselo frito (córtalo en tiras, rebózalas en harina y huevo y fríelas en abundante aceite de oliva muy caliente) o al horno (horneado con un poco de azúcar y el zumo de una naranja).

Articulo: Como es una dieta equilibrada y nutritiva para nuestros niños 


Dra. Concepción Vidales Aznar 
Especialista en Nutrición y Dietética

21.9.12

Yo amo los viernes (Tambíen los bativiernes)


Yo amo los bativiernes!

En Mundo FiLi amamos los viernes..... y también los súper bativiernes!
Santos calores amigos!.... vamos a la batialberca?.... vamos!!!


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Si su hijo se vomita, Le explicamos las causas y su tratamiento que podría seguir según la edad



Explicaremos causas y tratamientos según la edad de su niño

** En los niños de 0 a 12 meses
En esta edad predominan los vómitos funcionales, es decir, no hay una enfermedad orgánica. El bebé parece sano y tiene buena curva de peso.

Causa: Errores dietéticos
Es la causa más común de vómito en los lactantes, ya que es bastante habitual darles más alimento del que pueden tolerar.
Qué hacer 
En los envases de leche se suele recomendar más cantidad de la que los bebés necesitan, por eso a veces basta con reducir la cantidad de leche para acabar con los vómitos.
Es bueno espaciar las tomas.
También hay que evaluar la posibilidad de estar introduciendo alimentos no adecuados o bien alimentos adecuados pero mal preparados, como ocurre con los biberones muy concentrados o muy aguados.

Causa: Inmadurez del sistema digestivo
En algunos bebés existe un reflujo gastroesofágico normal, cuya causa es la inmadurez del cardias, una especie de válvula encargada de impedir que la comida que entra en el estómago vuelva hacia el esófago.
Si estos vómitos no son importantes ni afectan al estado nutritivo del niño, no requieren un tratamiento especial.
Qué hacer
Respetar las necesidades de nuestro hijo. No forzarle a comer jamás.
Mantenerlo incorporado al comer y justo después, durante la digestión.
Después de las comidas, no moverle mucho, procurar que descanse tranquilo.
Si acostamos al niño después de comer, hacerlo boca arriba o sobre el lado derecho, para que drene bien el estómago. 
No ponerle los pañales muy apretados.
Si sospechamos que tiene reflujo, dejar su cabeza más alta que su cuerpo al acostarlo, por ejemplo, poniendo unos pequeños tacos debajo de la cabecera de la cuna.

Causa: Nerviosismo
El niño está intranquilo, duerme poco, llora, vomita...
Qué hacer
La medida más importante es que la madre pueda estar tranquila y no se preocupe demasiado por esos vómitos; no suelen tener importancia.

Causa: Enfermedad orgánica
A veces, tras el vómito se esconde una enfermedad orgánica, como el reflejo gastroesofágico patológico, las gastroenteritis o las intolerancias alimentarias. En estos casos, el vómito suele ir acompañado de otros síntomas.
La intolerancia a la lactosa se suele manifestar con deposiciones muy líquidas, ácidas y frecuentes, y la intolerancia a las proteínas de la leche de vaca con alergia, enrojecimiento de la piel de alrededor de la boca y diarrea.
El reflujo gastroesofágico patológico es más agresivo que el normal, y afecta al crecimiento y la salud del niño.
Qué hacer
Consultar al pediatra para que establezca un diagnóstico e indique un posible tratamiento.


** A partir del año
los vómitos funcionales son menos habituales y con frecuencia tienen en su origen una enfermedad. La más habitual con diferencia es una infección del aparato digestivo.

Causa: Gastroenteritis
Es una enfermedad de origen vírico (por rotavirus casi siempre) que suele presentarse con fiebre, diarrea(heces abundantes, líquidas y ácidas) y, a veces, decaimiento.
Qué hacer
1. Rehidratar al niño
Ofrecerle líquidos, agua y una bebida rehidratante adecuada a su edad, que podemos conseguir en la farmacia, ya preparada.
Hay que administrar muy poca cantidad de líquido cada vez, pero muy a menudo.
Es importante no darle jamás bebidas rehidratantes para deportistas adultos (una práctica bastante común), ya que pueden ser peligrosas para los niños y causarles una intoxicación salina por exceso de sodio. Hay soluciones rehidratantes adaptadas a su edad que se pueden adquirir en las farmacias, (mejor si están ya preparadas)
2. Ofrecerle los alimentos por los que muestre preferencia (dentro de una dieta sana y habitual).
Es primordial no forzarle ni insistirle para que coma, y es preferible que no llegue a sentirse lleno.
Las comidas estarán lo más espaciadas posibles para dar tiempo al niño a digerir bien.
Evitaremos una dieta hipocalórica, porque el niño necesita calorías y nutrientes que ha perdido durante la enfermedad. Hay que ofrecerle una dieta rica y variada, dentro de lo que prefiera.
Evitaremos fórmulas preparadas a menor concentración, como la leche rebajada, pero no serán bajas en calorías ni astringentes.

Causa: Mocos y tos
Los niños con problemas de las vías respiratorias altas pueden vomitar, sobre todo por la mañana, debido a las náuseas que les provoca el moco acumulado.
La sensación de moco en la faringe, unida a la tos, también causa vómitos. La ingestión de moco facilita el vómito porque irrita el estómago.
Qué hacer
En estos casos, como en la mayoría de las enfermedades en las que el vómito es simplemente un síntoma, habrá que tratar la causa que provoca moco y tos (adenoitis, rinofaringitis, etc.).


** En otras edades
Casi todas las enfermedades pueden causar vómitos, tanto en los bebés como en niños mayores de un año. Por eso, ante cualquier otro síntoma es importante recurrir a un pediatra, que diagnosticará la causa. Si además hay sangre en el vómito, hay que acudir a urgencias inmediatamente.

Causa: Somatización
Hay niños que vomitan como respuesta a un problema psicológico (ir colegio o la guardería) o ante una situación que les disgusta.
Algunos incluso lo provocan, visto el efecto que tiene en los padres, pero la mayoría simplemente somatiza un temor más grande, es una forma física de mostrar su rechazo por algo.
Qué hacer
Si el vómito persiste, es aconsejable recurrir a un profesional, para averiguar la causa.

Causa: Tras un golpe en la cabeza
Los golpes en la cabeza a menudo van acompañados de vómitos.
En la mayoría de las ocasiones se deben a la rabieta que sigue al golpe y no son preocupantes.
Qué hacer
Hay que mantenerse alerta y acudir al especialista si observamos síntomas como mareo, somnolencia, pérdida de conocimiento o alteración de las pupilas.

Causa: Vómito con sangre
Este síntoma indica que hay sangre en el tubo disgestivo, puede deberse a un problema en esta zona (úlcera gástrica, esofagitis, etc.) o a que el niño ha deglutido sangre proveniente de la faringe o de la nariz (en este caso, no es preocupante).
Qué hacer
Siempre que aparece sangre en el vómito debemos dirigirnos inmediatamente a un servicio de urgencias, sin alarmarnos.
El médico estudiará al pequeño para establecer un diagnóstico lo antes posible. Lo más probable es que se deba a que el niño ha tragado sangre.


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