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3 pasos para ayudar a los niños a organizarse con sus tareas


Por regla general, los niños generan caos y desorganización a su alrededor. Basta echar una ojeada en sus cuartos: libros fuera de lugar, toallas sobre la cama, juguetes en el suelo, tareas a medio empezar y sin terminar. ¿Es posible lograr que se organicen y le presten más atención a sus tareas, especialmente los deberes escolares?
¡Por supuesto que sí! Son pocos los niños que de manera natural no son regados, pero la mayoría puede, con el tiempo, desarrollar habilidades que le permitan ser responsables y organizados. Con ayuda y cierta práctica todo niño puede eventualmente lograr tener sus cosas hechas.
Y los padres somos los elegidos para esta tarea. Hay tres pasos básicos que debemos enseñarles para comenzar:

1.-Organizarse

92284297%281%29.jpgHay que explicarles que este paso se trata de prepararse para la tarea, de saber qué hay que hacer y cómo, cuáles son los utensilios necesarios para llevarla a cabo. Si la maestra le pidió que escribiera una composición, el pequeño debe saber qué necesita para comenzar a redactar. Ayuda a tu hijo a hacer una lista de necesidades: papel, lápiz, goma de borrar, un diccionario para las dudas, entre otros accesorios.
También se puede pensar en el tema y escribir en una hoja aparte ideas generales con puntos específicos a desarrollar. ¿Qué o de quién te gustaría escribir? ¿Qué aspectos te resultan más interesantes para subrayar? Ello organiza el pensamiento.

2.-Centrarse

126418196.jpgAcá necesitamos que sepan que este paso consiste enempezar a realizar la tarea, o sea, desarrollar aquello que nos han pedido. Se puede entonces leer la lista de temas separados y concentrarse en cada uno de ellos.
Además hay que hacerles énfasis en la idea de abandonar cualquier otra actividad y poner la mente solo en esta. Esta es la parte más difícil de todas. Enséñale a tu niño a enfrentar y resistir la tentación. Pueden tomarse pequeños descansos para espabilarse y volver a la tarea que hay que realizar, sea un reporte o recoger el cuarto.
Explícale a tu hijo que focalizarse es una labor difícil pero que poco a poco se va haciendo cada vez más fácil, sobre todo cuando se practica.

3.-Finalizar la tarea

156730564.jpgEsta es la parte en que la tarea está a punto de quedar lista. Explícale que es el momento de revisar lo realizado, mostrárselo a mamá o papá para que le corrijan si hay algún error. Enséñale también a finalizar bien cualquier tarea. Por ejemplo: poner el nombre al trabajo, guardarlo en una carpeta y luego en la mochila de la escuela.
Trabaja en conjunto con tu hijo, ayúdalo a poner en práctica las mismas estrategias que aprendiste años atrás cuando también crecías. Verás que día a día, con práctica y siguiendo estos pasos, el niño va adquiriendo hábitos que le permiten poner un poco de orden en sus actividades diarias.
Ruth Lelyen

Los deberes de los niños: ¿tarea para los padres o para los hijos?




Los niños necesitan practicar los nuevos conocimientos, sobre todo en etapas claves como el aprendizaje de la lectoescritura, y para afianzar la mecánica de muchos aprendizajes. Es por eso que muchos días traen deberes del colegio para hacer en casa. Pero no podemos olvidarnos que los deberes son responsabilidad de los niños, no de los padres, y que los padres asuman esa responsabilidad es un error del que siempre nos arrepentiremos.

Lo ideal sería que los niños contasen con más tiempo dentro del horario escolar para poder realizar los deberes, pero también es importante que los niños aprendan la importancia del esfuerzo, del trabajo diario, y adquieran la rutina del estudio desde pequeños. Esto no quiere decir que con 8 años tengan que estar horas haciendo ejercicios en casa, pero sí un ratito de repaso para poder afianzar los conocimientos adquiridos durante el día. Según aumenta la edad, el tiempo dedicado al estudio irá aumentando progresivamente. 

“Los niños piensan que si otros hacen los deberes por ellos, ya no tienen obligación”

Los deberes son responsabilidad del niño, no de los padres, y desde el primer momento debemos hacérselo saber. En muchas ocasiones observamos que los estudios y las notas preocupan más a los padres que a los hijos. Esta es una actitud errónea, pues de esta forma, no lograremos que los niños asuman la responsabilidad de sus tareas y de sus estudios. Los niños piensan si otro lo hace por mí, ya no tengo esa obligación, y además se puede convertir en una llamada de atención hacia el adulto.

La labor de los padres aquí será, sobre todo, ayudarlos a organizarse cuando son pequeños y resolver posibles dudas al final. Los padres no tienen que estar sentados en la silla de al lado haciendo los deberes con ellos, tienen que estar para resolver dudas y para supervisar, pero el niño debe aprender a trabajar de forma autónoma y hacerse el responsable de sus deberes.
Pongamos un tiempo límite a la ejecución de los mismos. Muchos niños estiran el tiempo de trabajo con distracciones y excusas porque la ganancia secundaria de tener a sus padres pendientes es muy fuerte e incluso mejor que jugar ellos solos.

Pasos a seguir para conseguir que los niños se hagan responsables de sus deberes y obligaciones:

1.- Desde pequeños deben responsabilizarse de sus cosas, que no vean que no es necesario recoger sus juguetes o estar pendientes de ellos porque otros adultos los van recoger o a guardar.
2.- Si pierden algo, no hay que reponerlo de inmediato. Tienen que aprender el coste de haberlo perdido.
3.- Cada cosa tiene un sitio. Establezcamos con el niño dónde vamos a poner cada cosa, y mantengamos su sitio.
4.- Trabajemos los hábitos desde bien pequeños, no esperemos a que sean “mayores”. Todos los días nos podemos sentar un ratito a trabajar en la mesa de estudio, en el mismo sitio a la misma hora, a leer, a dibujar, a hacer letras…
5.- Establezcamos tiempos cortos de trabajo, y poco a poco vayamos alargándolos. No pretendamos que los niños estén horas trabajando ellos solos.

Silvia Álava para el diario El Confidencial

Por qué no debes hacer las tareas de tus hijos



- El existo y el fracaso de los hijos
Una de las mayores satisfacciones es ver que los hijos han librado la etapa escolar exitosamente, pero cuando tienen problemas o frustraciones por las bajas calificaciones, los padres se preguntan cuál fue el error.
Algunas veces resulta que ellos mismos jamás se preocuparon por fomentar en sus hijos buenos hábitos de estudio, situación que los llevó a fracasar en la escuela.
Si ese es su caso, debe saber que siempre se está a tiempo de corregir errores, lo importante aquí es ver ¿cómo inducirles estas costumbres?
- Lograr buenos hábitos
Finy Quintanilla González, psicóloga, expresa que definitivamente los hábitos de estudios se fijan en casa, porque es en donde el niño aprenderá de disciplinas y responsabilidades por medio de horarios y reglas establecidas por sus papás.
"Estas disposiciones se establecen de acuerdo a las necesidades que tiene la familia, y en la forma en que los padres cumplan con estas medidas, los hijos podrán llevar a cabo mejores hábitos de estudio", explica.
Esto, sin embargo, varía en cada hogar, comenta, pero padres e hijos tienen que cumplir las disposiciones hechas para llevar a una mejor comunicación.
- Otra responsabilidad de los padres
En caso de que los papás trabajen y dejen a los niños al cuidado de otra persona o simplemente a la mama, deben estar más al pendiente de los pequeños, agrega, porque tal vez quien esté a cargo no tiene la misma visión de disciplina que ellos poseen.
Además, los padres deben supervisar a sus hijos o darles cierto tiempo para que terminen sus tareas, porque si los dejan solos, dice, casi siempre se distraen y, por ejemplo, una tarea que debería hacerse en 30 ó 45 minutos, puede llevarles hasta cuatro horas y muchas molestias.
A final de cuentas, agrega, es bajo regaño que la terminan, pero es importante que exista un horario establecido de acuerdo a las necesidades de la familia, ademas de hacerlo rutina para que las tareas se cumplan como se han planeado.
De esta manera, dice, va a ser el éxito que tengan los hábitos de estudio. Incluso cuando les encargan estudiar para un examen, la mayoría de los niños creen que no hay nada qué hacer, diciendo "qué padre que no nos encargaron tarea".
Y como estudiar para un examen no es una actividad que implique para ellos escribir a mano, es ahí en donde los padres deben darle la misma importancia que una tarea, aunque sea un breve repaso, porque complementa el trabajo de la mañana.
- Sería un cariño mal expresado
Establecer ciertas condiciones bajo las cuales se van a trabajar en casa y ejemplificarlas, asegura, fomentará que el niño las siga. Por ejemplo, si le prohiben no ver televisión mientras elabora su tarea, pero llegan a permitirlo, estarán cayendo en una contradicción que sólo perjudicará al pequeño por que pensara que si no hace caso, de todas formas no habrá consecuencias.
"También tienen que entender que la tarea es para los niños y no para los padres, porque a veces, sobre todo las mamás que lo hacen por amor, terminan haciéndoselas, sólo para que no regañen al pequeño", expresa Quintanilla González.
Todo esto perjudica al niño en su aprovechamiento escolar, añade, porque puede volverse muy dependiente de sus padres al dejar de ponerle atención a la maestra por confiar que en casa lo van a ayudar.
- Un difícil pero ideal equilibrio
La psicóloga recomienda que los pequeños deben realizar sus tareas en algún escritorio o mesa para que estén poniendo mayor atención, y no en el sillón o la cama porque este lugar les provoca pereza.
José Luis Martínez Nuñez, psicólogo clínico, explica que existen muchos padres sobreprotectores que sólo generan una gran dependencia de los hijos para con ellos e irresponsabilidades por parte de los niños.
Comenta que este es un fenómeno social que se ha dado en la actualidad, ya que en tiempos anteriores la excesiva rigidez que sufrieron los padres o abuelos ha quedado en el olvido.
"Anteriormente reprendían excesivamente a los niños con comentarios como 'por esta línea te vas y esto es lo que tienes que hacer', era lo que decían los abuelos, en cambio ahora, la psicología y los medios de comunicación han hecho que los padres se hayan ido hasta el otro extremo... laxos con la educación", agrega el psicólogo.
Y es que han pasado de la rigidez tremenda, en donde recibían golpes, hasta ser demasiado condescendientes, comenta, y esto sucede porque no han encontrado ese delicado equilibrio de ser firmes, pero también afectuosos.
"Aunque sería lo ideal, es muy difícil que lo encuentren; actualmente la mamá ya no está en casa porque trabaja, y no como en el pasado, que era la encargada de estar todo el día en el hogar para dar esa posibilidad de equilibrio", asegura Martínez Nuñez.
- La culpa y el mal remedio Sienten culpa
Cuando dejan a los hijos al cuidado de alguien o simplemente de la televisión mientras están trabajando, explica, los padres sienten una culpa al regresar a casa por esos períodos de ausencia.
"Los padres tratan de solventar esa culpa alivianando a sus hijos con sus responsabilidades, o se exceden en regalos sin razón que a veces hasta son muy caros, en ocasiones por que pueden hacerlo y otras a pesar de no tener suficientes recursos económicos".
"Lo hacen porque inconscientemente tratan de compensar esa culpabilidad, sobreprotegiéndolos, pero lo único que crean es una dificultad, porque en ocasiones el niño llega con la tarea o los problemas de matemáticas resueltos a la escuela y ni siquiera se sabe las tablas", comenta.
- Predicar con el ejemplo
Para que no se creen malos hábitos de estudios, comenta, en primer lugar los padres tienen que poner el ejemplo, porque la verbalización no es muy eficaz; pueden ordenar que hagan ciertas cosas, pero si no cumplen los mismos papás, mucho menos los hijos.
"Si como padre no cumplen sus obligaciones o es irresponsable, pues el hijo lo va a imitar; es importante que los padres tengan autocontrol para cumplir con las cosas que se requieren, sobre todo evidenciarlas", indica Martínez Núñez.
Por ejemplo, si el padre ayuda en las diferentes actividades del hogar, agrega, los hijos verán que él, además de tener un trabajo, también realiza quehaceres extras en casa.
- Importancia de la paciencia
"Esta analogía es para que el pequeño aprenda que también puede tener otros trabajos aparte de la escuela, y este tipo de interacción tiene que ser atractiva para que el niño se una automáticamente a la convivencia familiar", expresa.
Otro de los aspectos importantes, dice, es la paciencia, ya que a veces sale peor la supervisión de tareas cuando los padres caen en la agresión verbal, en donde sólo inhiben más al pequeño o lo confunden.
"Los padres deben tener ese deseo y paciencia de estar conviviendo con sus hijos sin sentirse culpables, ni trasmitiéndoles sus preocupaciones para que tengan mejores hábitos", comenta el psicólogo.
Sonia Torres / Grupo Reforma México.